DAVID CREUS CARRASCO
Tal vez uno sea ciego, pero les aseguro que mi ceguera no duerme con mi razón. Todo lo que rodea a los niños está condicionado por un resultado, que bien sea por las cualidades propias del niño o por un gran trabajo de base, ese resultado aparece en forma de alguna que otra buena victoria. Mas cuando se esta en un deporte que se gana y pierde, un día toca blanco otro negro. De lo que no se dan cuenta, es que estamos matando los proyectos a mitad del camino.
Lo llamaría algo así como intereses, que crean la lucha de todos por defender los suyos. Yo me dedico al tenis, pero me temo que no puedo excluir a ningún deporte en mis palabras. Mi sensación, es que en las agendas de los niños donde miramos de cubrir sus días para que no falte nada hasta acostarse, marcamos en su inició una palabra para que no la olviden,Campeón. ¿Se preguntan que es un campeon? ¿El niño que gana torneos?, pues no, para mi, el verdadero campeón es el que goza de lo que hace. Los que se entregan en sus entrenos no estan obligados a más. Ser el mejor deportista no se fundamenta en victorias. La única pocima para tener oportunidades se llama trabajo ,mas trabajo y todo aliñado con más trabajo.Y el precio a pagar por ello por los padres, no debe arruinar a las familias. Se persiguen grandes numeros, pero olvidamos lo esencial, que no es otra cosa que estos niños descubran a través de su propio esfuerzo que la verdadera victoria es intentar ser un poquito mejor cada día. Si eso lo camuflamos en que la victoria es levantar trofeos y ver a todos felices mientras la derrota les hace ver a todos tristes, para ello no estoy preparado.
Posiblemente tengan razón y estoy ciego pero si es así, no deseo ver más de lo que veo. No olvidemos que cargar de responsabilidades injustas a los niños, lo hacemos los adultos. Eso señores, no es justo.