Rubén Ramírez y Roberto Bautista serán los protagonistas de la final, primera protagoniza por españoles desde que el torneo es internacional.
El alicantino Rubén Ramírez hizo valer su favoritismo ante el neocelandés Daniel King-Turner y alcanzó la final de la 19ª edición de los Internacionales de Andalucía en Pista Rápida Open Diputación Ciudad de Pozoblanco, la primera netamente española desde que en 1999 el torneo pasó a formar parte del circuito internacional. El levantino ganó en tan sólo 1 horas y 14 minutos por un doble 6-2.
King-Turner ofreció sus armas y esas se mostraron como de juguete ante un Rubén Ramírez muy superior. Hasta ahora, el oceánico se había enfrentado al gallego Guillermo Alcaide, había pasado por retirada del francés Ouanna a cuartos y había doblegado tras salvar dos bolas de partido al alemán Kretschmer. Tres jugadores con un nivel y una experiencia bastante alejada de lo que esta vez tenía enfrente. Un tenista habituado a jugar con los mejores, que pulula por el Top-100 desde hace un lustro y que, además, se encuentra en un momento de forma espectacular a tenor de lo que ha ofrecido en Pozoblanco esta semana. Con esos precedentes, la semifinal parecía casi cantada a favor del español.
Eso se vio desde el primer juego, cuando, pese a ganarlo King-Turner, el alicantino ya llegó a ponerse con un 0-30 inicial y a dejar claro que a la primera duda que tuviera el neocelandés con su saque –habitual por encima de los 210 km/h y el único peligro que presentó- tendría el punto ganado. No tuvo que esperar mucho, sólo hasta el tercer juego. Con su saque sin peligrar –cedió 11 puntos en todo el partido con su servicio- eso era sinónimo de que el set estaba en el bote. Algo que ratificó aún más con una nueva ruptura en el séptimo juego para cerrar la manga con un claro 6-2.
En el segundo set, al igual que en el primero, le dio el juego de ‘cortesía’. Luego, de nuevo en el tercero, tras seis bolas de ruptura, quebró de forma definitiva tras una doble falta del oceánico. Tras ésta vendría otra ruptura en el 5º (después de otras tres bolas de ‘break’) y hasta dos puntos de partido con el saque de King-Turner en el 7º, que el neocelandés salvó con dos ‘aces’. Incluso le dio ‘vidilla’ a su rival en el último juego concediéndole su única bola de ruptura. Pero fue sólo un espejismo, no le dio la oportunidad de despertar y lo finiquitó con una volea cómoda y otro 6-2.
Roberto Bautista Remonta un set y se mete en la final
El castellonense Roberto Bautista remontó un partido que parecía imposible tras ceder el primer set con contundencia y alcanzó la final después de vencer al ruso Kravchuk por un global de 2-6, 7-6 (1) y 6-1 en 2 horas y 9 minutos de juego.
El primer set sólo duró 25 minutos. Más que un paseo de Kravchuk fue un vendaval lo que le vino encima a Bautista. Inseguro con saque, con apenas 57% de primeros, 3 dobles faltas y sin ganar un solo punto con su segundo servicio, en el que Kravchuk presionaba y provocaba un error tras otro del castellonense. Si a eso añadimos que el ex soviético se mostraba casi infalible con su servicio, habitualmente por encima de los 200 km/h, en 15 minutos ya iban dos ‘breaks’ a favor del ruso y un 5-1 que sentenciaba la manga. Algo que ‘arregló’ y dejó en un 6-2 que, al menos, le daba esperanzas de que podía ofrecer algo más con su saque en el segundo set.
Ahí, el levantino dio un paso adelante. Su saque no causaba estragos, pero al menos se mostró más seguro y agresivo, y comenzó a dominar los intercambios desde el fondo cuando tenía el servicio a favor. Y, con ello, fue cogiendo confianza y comenzando a presionar el saque de Kravchuk, quien seguía tan regular como siempre, pero que cuando no lograba meter una bola con la que adquirir ventaja ya veía una respuesta de Bautista más acorde con lo que se esperaba de él. Una confianza del castellonense que se vio incrementada cuando salvó los dos momentos más delicados del segundo set, con 3-3 en el marcador y 15-40 para el tenista ruso; y con 5-5 y 30-40 de nuevo para su rival. Ahí funcionó lo que no había ocurrido antes, el servicio. El ‘subidón’ del levantino coincidió con un bajón inexplicable de su rival, que en el ‘tie break’ desapareció y acabó cediéndolo por un concluyente 7-1.
Ahí se acabó el partido. Kravchuk, que hasta ese momento parecía una roca, comenzó a jugar con segundos servicios, a cometer dobles faltas y a ceder algo que no había hecho en todo el partido, dos puntos de ‘break’. Bautista aprovechó el segundo, hizo valer la ruptura y acabó quitándole a su rival la poca moral que le quedaba. El ruso tiró el partido, cedió otros dos saques y perdió el set con una doble falta (6-1).