DAVID CREUS CARRASCO
En nuestra escuela y en mi interior, buscamos que más allá de victorias o derrotas, nuestros alumnos sean competitivos desde el inició. Buscar tener un ADN propio nos llevo a investigar problemas comunes de los alumnos de competición juvenil y trabajarlos.
Uno que encontramos bastante comun era como los jugadores/as iniciaban sus partidos como si el primer juego no formara parte del mismo set. Como si ese primer juego fuera de tanteo. Con lo cual ni la concentración ni la actitud erá correcta. Miramos de trabajarlo explicando que con esos despistes y un buen inicio del rival, nuestro marcador se complicaba ya al principio del partido.
De aquí que aplicamos la Teoría algo loca si se quiere del 4.
Explicamos a nuestros alumnos que llegar al 4, les hacía llegar al momento crucial del set, donde uno es competitivo por el propio marcador, pues llegamos vivos donde se decantan los sets. Para ello les convencimos de lo importante de ese primer juego y de llegar a ese 4.
Cuando los alumnos lo comprenden, su mente siempre ve más cerca el poder competir contra las emociones que aparecen durante el partido. Una vez conseguido ese 4, ya no es necesario insistir en la concentración existe y solo es necesario jugar. Es el momento en que los alumnos ven que pueden ganar el set. Creemos que a nivel competición Juvenil, ningún alumno puede mantener la concentración máxima durante todo el partido, por ello les insistimos en metas cortas, ello relaja sus emociones y les hace ver siempre posible la victoria.
Otra de los beneficios que vimos, es, que en caso de perder ese primer set, seguían viendo que llegando al 4 podían vencer. El 4 es un objetivo más asequible. Estamos felices de esta teoría, nos ayuda a trabajar los espacios de concentración máxima y lo que es mejor, que el propio alumno comprende la importancia de ese primer juego.