DAVID CREUS CARRASCO
En ocasiones como Monitores de Tenis que seremos toda la vida, nos preguntamos hasta donde nos podemos haber equivocado con alguno de nuestros alumnos.
A esa pregunta no se le suele encontrar nunca respuestas, estamos muy ocupados pensando que somos grandes en función de nuestros resultados y de nuestros alumnos, y me niego a que sea así por mucho que cueste encontrar escuelas valientes que crean en proyectos valientes.
Marina es una de esas alumnas que con los años consiguió y sigue dentro del sueño de una niña que con 4 años empezó con su raqueta y ya en la mayoría de edad sigue con ella haciendo las Américas. Y de alguna manera es un sueño de los dos conseguido al verla. Sufrimos, lloramos, reímos y al final esa niña que no levantaba dos palmos del suelo, ahora se llama mujer y yo la puedo ver aun jugando. Eso es lo que hace que me sienta Monitor de Tenis y se lo deba agradecer toda la vida aquellos alumnos que de alguna manera algún día les lance una pelota de tenis y les explique cómo se jugaba a esto. O lo intente. GRACIAS MARINA.
Escrito; Marina Rull Valdivieso.
El tenis para mí es un sentimiento, un estilo de vida. David, me enseño como amar este deporte y creo que jamás se lo podre agradecer lo suficiente, cambio totalmente mi vida. Llevo desde los 4 años con una raqueta en la mano y aun no he sido capaz de dejarla. Siento simplemente que forma parte de mí, soy Marina la chica del tenis. Siempre me lo he planteado como la vida misma, porque igual que en esta pasas por momentos de tensión y presión, incluso por momentos de depresión, pero si aprendes de tus errores y sonríes y disfrutas de ello, cada día serás un poquito mejor y estarás más cerca de tu objetivo o sueño. He pasado por momentos realmente complicados, lesiones, lloros, derrotas, pero aun así siento que jamás podría dejarlo, uno no puede cambiar de ser como es, y yo siento que realmente el tenis corre por mis venas. Muchas veces me he planteado como hubiese sido mi vida sin este maravilloso deporte, como seria yo, y si os digo la verdad, no cambiaría nada de mi vida, no cambiaria mi raqueta por nada, porque sé que si estoy una semana sin ella la echo de menos. Es mi amiga fiel, mi compañera de viaje, aquella con quien me desahogo, a la cual en muchas ocasiones he dañado pero aun así sigue estando a mi lado.
