El Director ejecutivo del Valencia Open 500, David Serrahima, pretende poner la guinda con la participación de Rafa Nadal, a un cartel que ya es de lujo con la presencia asegurada de: Roddick, Murray, Ferrer, Verdasco y Ferrero, y para ello “se está hablando con él y se le está dando el cariño necesario”, afirmó.
Serrahima desconoce a día de hoy si el jugador mallorquín aceptará jugar en la primera edición de este torneo en Valencia. “Dependerá de como le vaya en el US Open y los torneos de final de año”, señaló en declaraciones a Europa Press.
El director ejecutivo explicó que Nadal “cada vez es más selectivo con los torneos que juega y cada vez está más pendiente de la evolución de sus rodilla”. Serrahima confirmó que desde el Valencia Open 500 “se está hablando con él, pero ahora piensa y trabaja muy a corto plazo”. “Es difícil saber qué acabará haciendo de aquí a final de año”, reconoció.
El máximo responsable de la gestión del torneo señaló que “la lista definitiva se conocerá en dos semanas y se podrán ver el resto de jugadores”. La participación en Valencia, según Serrahima, “dependerá dos cosas”, de los incentivos económicos para algunos jugadores, y por otro lado del calendario y los premios. “Estamos en una semana buena porque es en noviembre y a final de año y los tenistas tienen interés en jugar por los puntos, y además los premios son mayores y hacen que también quieren participar”, manifestó.
El torneo se disputará del 31 de octubre el 8 de noviembre y a falta de poco menos de dos meses “todo está en marcha y se están cumpliendo plazos, que aunque son ajustados se están metiendo muchas horas”, desveló. Serrahima dijo que la obra está “encaminada y la parte operativa del torneo, también, por lo que hay tranquilidad”. “Sí que es verdad que hubo momentos de cierta incógnita, pero ahora ya está todo encaminado, sabemos cuándo y cómo nos lo entregan”, confesó.
UN GRAN SALTO DE CALIDAD
El torneo valenciano ha dado un salto de calidad porque ha pasado de un Open 250 a un Open 500. El presupuesto ha pasado de un 1,5 millones de euros a “como mínimo a 8,5 millones de euros, y eso ya marca la dimensión”, comentó el director ejecutivo. “Antes se repartían premios por valor de 350.000 euros y ahora será de 2,1 millones de euros”, agregó a modo de ejemplo.
Serrahima considera que todo eso supone que “la infraestructura del torneo crece en la misma proporción, desde el perfil de jugadores hasta la cobertura televisiva internacional”. “Siendo el mismo evento es otro proyecto y queremos tener nuestra propia identidad como torneo”, adelantó.
Por el momento la respuesta de los aficionados ha sido “rápida y positiva” porque se han agotado las entradas para las semifinales y la final. “Quedará un pequeño porcentaje para el mismo día en la taquilla, pero será una cantidad pequeña”, adelantó. De todas formas, desde el Open 500 “se trabaja para llenar todos los días, porque los cabezas de serie empezarán a jugar el martes”.
Serrahima es optimista sobre el torneo y su repercusión. “Ojalá en un futuro se pudiera tener un estadio mayor y atraer a más público”, suspiró. Para la primera edición que se jugará en el edificio del Ágora de la Ciudad de las Artes y las Ciencias la capacidad de la pista central será de 5.500 localidades.
Además, todos los aficionados que acudan podrán acceder a una zona abierta al público, el ‘Funpark’, que será un lugar de ocio, con pantallas gigantes, restauración y compras. “Para acceder a ella no es necesario tener entrada para ver los partidos porque queremos que sea un evento al que pueda venir todo el mundo”, matizó Serrahima.
El director ejecutivo del torneo se refirió a la polémica que se ha abierto por la falta de aseos en el edificio de nueva construcción. “El Ágora es una instalación única y fantástica, pero se ha de ir adaptando a lo que es un torneo de tenis”, explicó. “No es un pabellón o una instalación deportiva, aunque hay muchos palacios de deportes que van justos de baños”, recordó. “La gente que venga no tendrán ningún problema porque habrá aseos suficientes y será bonitos”, finalizó.