Andy Murray: “Mis mejores momentos están por llegar”
Al ganar la última edición del Mutua Madrid Open, Andy Murray (Dunblane, Escocia; 1987) consiguió su primer Masters 1000 sobre tierra batida. Lo hizo, además, a lo grande porque en la final derrotó a Rafael Nadal, por números el mejor tenista de la historia sobre arcilla. Antes de volver a La Caja Mágica para intentar defender su corona, el británico habló con The Magazine, revista oficial del Mutua Madrid Open para valorar su estado actual, la paternidad o cómo ha evolucionado su juego sobre tierra batida.
¿Qué recuerdos conserva de su primer triunfo en Madrid cuando el torneo aún se celebraba sobre superficie dura?
Recuerdo que mi nivel de servicio fue especialmente bueno durante esa semana. En aquel momento de mi carrera fue una de mis mejores actuaciones al saque. Me enfrenté ante Gilles Simon, cuyo nivel de juego era increíblemente bueno, y recuerdo tener que luchar con dureza, especialmente en el segundo set para cerrar el partido. Fue un momento muy grande para mí al convertirme en el primer jugador británico en la Era Abierta que lograba ganar cuatro títulos en una misma temporada y el primero en ganar dos Masters en un año.
En Madrid ganó el año pasado su primer y único Masters 1000 sobre tierra batida. Y además lo hizo ganando a Nadal en su casa. ¿Qué supuso este título para usted?
Ganar un título sobre tierra batida ha sido una tarea realmente complicada de lograr durante mucho tiempo. Lograrlo en 2015 fue un momento especial para mí. Rafa es el mejor jugador que ha habido sobre arcilla, de manera que salir campeón en Madrid ante uno de los más fuertes en esa superficie fue un motivo de orgullo.
¿Qué cambió para que lograse su primer Masters 1000 en tierra?
La preparación del pasado curso fue probablemente la mejor que jamás he hecho sobre tierra batida. Estuve dos semanas en Barcelona entrenando en la superficie, algo que me ayudó a trabajar mis tácticas y movimientos. Gané mi primer título en ese suelo en Múnich la semana anterior, de manera que llegué con mucha confianza a Madrid.
Àlex Corretja siempre ha defendido que Andy Murray tenía todas las cualidades para ser un gran jugador de tierra batida. ¿Por qué no lo había logrado hasta 2015?
Me preparé para el torneo de una forma mucho más completa que en años previos. Hacer todo lo que estaba en tu mano para estar listo en la superficie te da confianza. No hay muchos jugadores dispuestos a emplear el tiempo que yo gasté preparando la gira de tierra el año pasado. Me ayudó mucho a nivel psicológico.
¿Sigue siendo Nadal el mayor desafío sobre tierra batida?
Todos los jugadores atraviesan períodos donde no compiten necesariamente tan bien como lo hacían antes, pero lo importante es cómo reaccionas ante ese bajón. En mi opinión, Rafa todavía es uno de los mejores jugadores en arcilla y sigue trabajando tan duro como puede dentro y fuera de pista. Puede que no haya ganado tantos títulos como antes, pero sigue siendo extremadamente competitivo. Como hacen todos, estoy seguro de que ha trabajado detalles desde el año pasado, de manera que es complicado saber si volverá al lugar que un día ocupó. Supongo que es cuestión de esperar.
¿El número uno es un objetivo para usted?
Sería increíble alcanzar la cima de mi deporte. Es algo con lo que sueñas desde que eres un niño. Mi hermano acaba de auparse al número uno en la modalidad de dobles, y como hermanos sería increíble poder decir que ambos alcanzamos la primera posición durante nuestras carreras. Pero no es algo en lo que me vaya a obcecar. Para alcanzar el número uno tienes que ser increíblemente sólido en los torneos, de manera que voy a ir tomando mi calendario paso a paso. Tratando de seguir trabajando tan duro como pueda para ganar cada torneo.
¿Qué diferencia a Madrid del resto de torneos?
Una de las peculiaridades de Madrid es la altitud a la que jugamos. La Caja Mágica es probablemente una de las instalaciones con mayor metraje sobre el nivel del mar, de manera que debes asegurar que llegas preparado para ello. La pelota puede moverse de forma distinta el aire es algo más fino y puede llevar un tiempo adaptarse también.
¿Y a la ciudad?
Es una ciudad española más tradicional si la comparamos con Valencia o Barcelona. Tiene mucha historia. Siempre me gusta salir y dar una vuelta por la ciudad, ya sea para acercarme a un estadio de fútbol o disfrutar de las muchas actividades que rodean la Plaza Mayor. La comida es especial, y puedes disfrutar de jamón ibérico en cada esquina. Si te gustan las tapas, amarás Madrid.
¿Cuál es su mejor recuerdo de La Caja Mágica?
Sería complicado superar lo del año pasado. Lograr mi primer Masters 1000 sobre tierra batida me produjo una sensación increíble, era algo por lo que había trabajado durante mucho tiempo. La grada de Madrid siempre es muy intensa y el ambiente en la final del año pasado fue increíble, algo que nunca olvidaré.
A este nivel, ¿cómo se puede parar a Djokovic?
Todo el mundo puede ser derrotado, pero ahora mismo la regularidad de Novak está haciendo que sea un poco más complicado de batir. Le gusta jugar desde el fondo de la pista, tiene una tremenda solidez en sus golpes y le gusta igualar los intercambios. Cada vez más jugadores están tratando de acortar los puntos contra él, subir a la red con más celeridad y situarle bajo presión. Pero tiene la habilidad para trazar golpes desde cualquier parte de la pista, de manera que esa táctica no siempre funciona. Debes emplear varios planes de juego ante él, porque si uno no funciona necesitas cambiar a otro distinto. Es importante mantenerle en duda y hacerle el partido lo más incómodo posible.
Ha sido padre recientemente, incluso llegó a decir que si su hija nacía durante el Abierto de Australia renunciaría al torneo, aunque jugase la final. ¿Ha cambiado la paternidad sus prioridades?
Es natural que las prioridades de la vida cambien cuando lo hacen las circunstancias. Desde que Sofía ha llegado, el tenis ha dejado de ser mi prioridad principal. Obviamente, cuando estoy en la pista me concentro con plenitud, pero cuando estoy fuera de ella tengo que aprender a compaginar mi trabajo con mi labor de padre. Me llevará un tiempo acostumbrarme al cambio, pero estoy adorando la paternidad y no lo cambiaría por nada.
Usted ha roto una barrera tras otra: medalla de oro en los Juegos Olímpicos de su país, campeón de Wimbledon, campeón de la Copa Davis… ¿Qué le queda?
Muchas cosas. Todavía me quedan buenos años por delante en mi carrera, y creo que mis mejores momentos están por llegar. Sería fácil para mí decir que quiero ganar más Grand Slams, pero la realidad es que es muy complicado levantarlos. Seguiré preparándome tan bien como pueda para cada torneo y competiré para ganar cada título.
¿Podía dormir tranquilo cuando no era campeón de nada de eso y tenía toda la presión de Gran Bretaña encima?
No ha supuesto una gran diferencia para mí. Siempre he sido mi mayor crítico, de manera que la presión que podía existir sobre mí para eclosionar a nivel deportivo no me afectó, para ser honesto. A menudo he encontrado en la presión un elemento de motivación, es bueno ver a tanta gente deseando que lo haga bien, y no lo cambiaría por nada. El público británico adora el tenis, y estoy muy orgulloso de haber sido el jugador capaz de ganar los grandes torneos y darles un motivo para celebrar.