Este viernes de cuartos de final fue de todo menos predecible en la Copa Sevilla. No solo fue la lluvia que hizo que hubiera que retrasar los partidos y casi acabar a las dos de la madrugada, sino también la retirada de García-López que dio el paso a semifinales a Munar sin llegar a sudar la camiseta. Unas semifinales en las que tres de los cuatro integrantes de la ronda son españoles.
La mañana empezaba con el duelo entre Íñigo Cervantes y Carlos Taberner. El valenciano empezó con la cabeza en otra parte y los cuatro juegos de distancia que llegó a sacarle el vasco en el primer set podían haberle afectado anímicamente. Sin embargo, Taberner fue reponiéndose y enseñando ese juego creativo y eficaz con el que nos ha obsequiado en las rondas anteriores, sobre todo en el partido de octavos ante Paolo Lorenzi. Se llevó el segundo set con algún juego en el que Cervantes y él lucieron un baile de reveses cruzados de gran nivel. Pero si algo tiene Cervantes es un juego de desgaste, en el que poco a poco y punto a punto va consumiendo las fuerzas de su rival. Lo intentó en el tercer set, pero finalmente el valenciano se impuso por 3-6, 6-2, 6-3.
El segundo partido de la jornada debía enfrentar a Jaume Munar, primer cabeza de serie del torneo, y Guillermo García-López. La sorpresa en la pista central fue que el tenista de La Roda no se presentó, entregando a Munar la segunda plaza en las semifinales. Según explicaron desde el equipo de fisioterapeutas del torneo, García-López sufría una pubalgia aguda, un dolor en la zona del pubis que se manifestó en la mañana de este viernes. El tenista manchego había tenido una dura batalla la tarde del jueves contra Mario Vilella, y este viernes por la mañana intentó entrenar con el dolor para testar su estado físico ante el partido con Munar. Aún así, la lesión seguía pasándole factura y decidió no forzar su cuerpo y que pudiera agravarse su situación, por lo que decidió no presentarse al partido cuando Munar ya estaba preparado para pelotear sobre el albero.
Y llegó la tarde. Y a cuatro minutos de comenzar el partido de las siete y con Davidovich y Coppejans –el campeón de Sevilla de 2018– en la pista, empezó a caer el aguacero. A partir de ahí todo fue evaluación de la pista y un trabajo titánico para el equipo de mantenimiento, que trabajó a destajo para que los partidos pudieran seguir adelante. Los jugadores salieron de nuevo al cabo de una hora y, tras completar el primer juego, vuelta a la evaluación y suspensión del partido hasta que la pista estuviera mejor. Finalmente, el partido se reanudó, y Davidovich y Coppejans comenzaron protagonizando unos primeros juegos llenos de ingenio, hasta que el malagueño encontró su sitio y empezó a dominar, dejando al belga solo defendiéndose del ataque feroz de su rival. Con bolas de saque de hasta 200 kilómetros por hora y sin perder la concentración, el malagueño ganó con facilidad por 6-3, 6-0.
El último partido de la noche era el que enfrentaba a Salvatore Caruso, segundo cabeza de serie del torneo, contra Carlos Alcaraz. El español que llegó a Sevilla con una invitación, se ha convertido en un ídolo de masas para el público sevillano. A sus 16 años y con su carácter discreto, se ha ganado al público del challenger hispalense. El partido fue un tira y afloja en el que los jugadores aprovechaban más el servicio ajeno que el propio para sumar un juego a su marcador. A Caruso le tortura la red durante algunos juegos, y eso y el temple y buen hacer de Alcaraz hacen que el murciano se lleve el primer set. Sería distinto el segundo, en el que hace falta ir al tiebreak mientras el público absolutamente enloquecido con Alcaraz, aplaude cada punto logrado como si hubiera ganado el partido. Incluso Caruso, con mucha educación ante un graderío en el que apenas tiene gente que le anime, pide que lo apoyen, y entonces Sevilla reacciona y le muestra parte de su cariño. En el tercer set, Caruso tiene puntos brillantes, pero la mente fría de Alcaraz sigue en su sitio a pesar de contar con solo 16 años. Aún así, el italiano arranca con confianza el tercer set tras haberse llevado el segundo, y le coge a Alcaraz una ventaja de dos juegos. Un Alcaraz algo superado por la mayor experiencia del italiano empieza a ver cómo Caruso cogía distancia. Y así, a pesar de no tener el favor de la grada, un Caruso contra el mundo logra vencer con una buena ración de gran tenis y alcanzar las semifinales por 4-6, 7-6(4), 6-4.
En las semifinales de dobles, que se jugaron en la tercera pista, consiguieron seguir adelante los vigentes campeones de la Copa, el tándem formado por Pedro Martínez y Gerard Granollers, que vencieron al dúo Bonzi-Ocleppo por 6-1, 7-6(5). Por su parte, Coppejans y Sergio Martos lograron la victoria ante los campeones de dobles de hace dos años, Cervantes y Oriol Roca. Se llevaron el duelo por 7-6(3), 6-3.