El torneo contemporáneo de raquetas de madera con mayor historia y continuidad en España es el que organiza el Club de Tenis La Palma, junto a la capital de la bella isla occidental canaria.
La original Copa Príncipe nació gracias a los pioneros socios de esta entidad en 2005, esto es, justo 30 años después de que el sueco Björn Borg protagonizara la última gran gesta con madera en nuestro país, al ganar con su Donnay la final individual del Conde de Godó 1975, en Barcelona, ante el italiano Adriano Panatta; y también la de dobles junto a Guillermo Vilas.
Ahora, el Open de Tenis El Príncipe ha alcanzado su duodécima edición y, como de costumbre, con competición individual y por parejas.
Sobre la hierba artificial que se alza por encima de Santa Cruz de La Palma renovó su principado de madera el veterano Pablo Hernández Álvarez, Dunlop Maxply -heredada de su padre- en mano.
Hernández se adjudicó esta duodécima edición al alcanzar la final tras sus éxitos en la liguilla previa, donde no cedió ni un set y entregó sólo 11 juegos. Lamentablemente, la final no pudo disputarse debido a la lesión de Adán Guerra, a quien Hernández, no obstante, ya había vencido en el round robin.
Pero Pablo, además, levantó el trofeo de campeón de dobles junto a su buen amigo y polifacético compañero (también vinculado a la lucha canaria) Mario Tomás Rodríguez Concepción. Ambos se impusieron al dúo formado por Amilcar José Cabrera y Eloy López.
Hernández y Rodríguez son los más laureados en la historia de la competición palmera con madera, junto con Juan Andrés Báez H.
Ya en la edición inaugural de El Príncipe, Pablo Hernández acabó subcampeón por parejas, entonces junto a Pedro Rodríguez. En aquel primer torneo también inscribieron sus nombres en el palmarés Carlos Hernández y José Sanz, campeón y subcampeón individual; y el mismo Carlos Hernández junto a Juan Llorens como campeones de dobles.