Rafael Nadal regresa a Wimbledon ‘El escenario del crimen’

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ALBERTO PUENTE
La falta de luz obliga a cerrar la pista central del All England Club. Rafael Nadal Parera fuerza la quinta manga, pero no es suficiente. Los golpes ganadores de Lukas Rosol terminan de castigar al español (6-7, 6-4, 6-4, 2-6 y 6-4). Es la tercera ronda de Wimbledon 2012. Ahí es, donde cinco años después, el balear volvió a ceder en una ronda tempranera. Y cinco eran los años que de forma consecutiva había alcanzado la final el de Manacor. Un día aciago que se iba a convertir en el único que disputase Nadal en siete meses. Y es que según se pudo saber después, el ex número uno del mundo jugó «tocado». Poco tardaría en descubrirse que Nadal sufría una rotura parcial de ligamento rotuliano y una hoffitis en la rodilla izquierda. Una lesión que poco a poco le iría obligando a renunciar a citas importantes.

Amargas renuncias

La dichosa lesión que el mallorquín arrastra desde el 2005, comenzó a molestarle de nuevo en la primavera de 2012, tras una exigente gira de arcilla. Tuvo que recurrir de nuevo a un tratamiento para aliviar la tendinitis crónica que padece en los tendones rotulianos de sus rodillas. Ante Rosol, 100 del ránking, Nadal sufrió una dura derrota que para el público fue sorprendente, pero que para que para él supuso una confirmación de sus molestias. Un parón era necesario.

«No estoy en condiciones de competir». Son las palabras que Nadal pronunció tras ejercitarse con su tío y entrenador Toni Nadal el 19 de Julio. Llegó a la conclusión de que no estaba en condiciones de acudir a los Juegos Olímpicos. En ese comunicado que envía el jefe de prensa del tenista, también se puede leer lo siguiente: «Es uno de los días más tristes de mi carrera ya que una de las mayores ilusiones y el momento quizás más especial era ser el abanderado de España en la ceremonia de inauguración». Un mazazo para Nadal, que no iba a ser el único.

La renuncia a defender su medalla de oro fue quizás el golpe más duro para el balear, que iba a ser el portador de la bandera española. Pero su situación se agravaría semana tras semana, cuando fue renunciando a otros grandes eventos, en los que siempre se le esperaba. El Abierto de los Estados Unidos apuntaba a su regreso. Pero volvió a anunciar su renuncia. En esta ocasión, a través de las redes sociales (twitter): «Tengo que anunciar que aún no me encuentro en condiciones de jugar y debo renunciar al Open USA. Muchas gracias a mis fans por su ánimo». La Copa de Maestros fue la puntilla. Nadal continúo sin pisar las pistas. Dándose de baja torneo a torneo. Pero por fin se empezó a vislumbrar la luz al final del túnel. El de Manacor regresó a los entrenos en Noviembre y se marcó su próximo objetivo: disputar el torneo de Abu Dhabi.

Del virus estomacal a la excelencia

Pero de nuevo la mala fortuna se iba a aliar con el español. Con la rodilla preparada, fue un virus estomacal el que apartó a Rafa de la exhibición de Abu Dhabi. Y de la primera gran cita del año, el Abierto de Australia. Ausencias que condenaron el inicio de año de Nadal, pero que a la larga han podido ser beneficiosas. Y es que, tras ocho meses de parón, Rafa volvió a competir. Lo hizo en Viña del Mar. A pesar de la falta de ritmo, alcanzó la final, donde tan solo un inmenso Horacio Zeballos le separó el título. Desde entonces, y hasta el día de hoy, tan solo Djokovic le ha apeado (final de Montecarlo). Sao Paulo, Acapulco, Indian Wells, Barcelona, Madrid, Roma y Roland Garros han visto coronarse este año a Nadal. Gestionando bien su calendario (en citas de menor a mayor importancia y ausentándose en Miami por el excesivo cansancio) y adaptando su juego (más agresivo) el español ha alcanzado la excelencia. Y un año después regresa a Wimbledon. Donde comenzó todo. Donde cayó ante Rosol y su rodilla volvió a resentirse.

La vuelta al escenario del crimen

Nadal se presenta en Wimbledon con un balance de 43 victorias y 2 derrotas en este 2013. Llega prácticamente inmaculado a un escenario en el que ha alcanzado la final en cinco ocasiones consecutivas (2007-2012) y donde ya se ha coronado dos veces. Aún no sabe cómo se comportará su rodilla sobre la hierba londinense, pero su inconmensurable año (primero en la RACE) le hace estar entre los candidatos al título. Sin presión, Wimbledon se presenta ante el mallorquín como una oportunidad de seguir firmando un año de ensueño. Hoy, casi un año después, lejos queda la lesión y el partido ante Rosol. Un Nadal radiante de confianza tratará de apartar la oscura memoria y recuperar las viejas sensaciones vividas en el All England Club de Londres.

Cortesía de Alberto Puente y Vavel

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