NACHO MÜHLENBERG
El argentino Del Potro derrotó al alicantino Ferrer por 6-2, 6-4 y 7-6 en un partido donde hubo de todo. Ambos jugadores saltaron a pista con dolores y molestias físicas. En semifinales le espera el número uno del mundo Novak Djokovic.
El partido comenzó accidentado. Tan solo iban 2 minutos de juego cuando un resbalón hizo saltar las alarmas en el ‘Court Central’ de Wimbledon. Del Potro corría a pegar un revés cuando cedió su pie izquierdo y cayó tendido al suelo. El argentino se derrumbaba y se doblaba la maltrecha rodilla que tantas molestias le habían generado en los partidos previos.
Del Potro se ponía las manos en la cara, se lamentaba y negaba con la cabeza. Parecía imposible que pudiese continuar. Se levantó como pudo y se sentó en la silla esperando que venga la asistencia médica. «Prueba dos juegos y ‘piloteala‘. El dolor es en el mismo lugar de siempre» le dijo el fisioterapeuta al argentino.
Y así fue cómo el argentino contra todo pronóstico volvía a saltar al pasto inglés. Entraba a la cancha con miedo en el cuerpo y en la cabeza. Sabía que no podía hacer bien los movimientos laterales, que sus apoyos no eran adecuados y, que la rodilla le iba a generar un sinfín de dudas en su cabeza. Pero había que aguantar y probarlo.
Además, el argentino conocía que enfrente tendría a un jugador que no estaba en óptimas condiciones físicas. David Ferrer no había podido entrenarse ni calentar previo al partido a causa de las molestias en su tobillo –que también viene arrastrando de días atrás-.
Del Potro estará por primera vez en su vida en semifinales de Wimbledon.
Ferrer ganó el primer juego, el que estaba sin acabar, con su saque sin demasiados problemas. Ahora le tocaba a Del Potro probarse. Tenía la misión de sacar y ver cómo gestionaría y aguantaría el dolor. El argentino cumplió y fue capaz hasta de quebrarle el servicio en el siguiente juego al alicantino a base de saques por encima de los 200 km/h, derechas que parecían cañones y reveses milimétricamente colocados.
Juan Martín cuidaba su rodilla. Se lo veía cauto en sus movimientos. Del otro lado el español era incapaz de llevar la iniciativa y mover y desplazar de la zona de confort al argentino.
Del Potro enchufado, con síntomas visibles de molestias, fue capaz de ofuscar al español y de ir sumando juegos en su casillero hasta hacerse con el primer set por 6-2.
La tónica en el segundo set fue la misma. Del Potro parecía haberse olvidado del dolor en la rodilla y seguía con unos números espectaculares. Ganaba casi el 90% de los puntos que jugaba con su primer saque y tenía una enorme cantidad de tiros ganadores tanto de derecha como de revés.
Con tan solo ¡1! error no forzado volvió a hacerse con la segunda manga, esta vez por 6-4. El argentino se lo veía cómodo y al alicantino todo lo contrario. No podía encontrar la manera de incordiar a Del Potro. Ferrer estaba más errático de lo normal y lo pagaba caro. Más aún cuando a ‘la torre de Tandil’ le salía absolutamente todo lo que intentaba.
El tercer set fue más parejo que los otros dos. Ferrer se pudo enganchar un poco más al partido y, tras unos gritos y quejas, sacó su rabia y mostró una mejor versión suya. Sin ningún quiebre en el set se llegó al desempate donde se vio al argentino concentrado y con pocas ganas de despistarse y de que el partido se alargara.
El primer punto de partido que tuvo Del Potro lo aprovechó con un punto que quedará en su memoria para siempre. Fue la mejor manera de terminar el partido, el mejor punto de todo el encuentro. Un peloteo larguísimo que terminó con una derecha en carrera en el vértice del fondo de la pista y con el argentino tumbado y desplomado en el verde césped de la pista central.
Del Potro en semifinales se verá las caras con el número uno del mundo Novak Djokovic que venció en sets corridos al checo Tomas Berdych por 7-6, 6-4 y 6-3. Con este resultado, el serbio está en semifinales de un torneo de Grand Slam por 13º vez consecutiva. Números que se ven reflejados en su ranking y que lo hacen estar en lo más alto del tenis mundial.
Valentía, coraje y una mente bien calibrada, sumada al enorme nivel de tenis, hicieron que Del Potro se llevara el partido. Por segunda vez en la historia habrá un argentino en semifinales de Wimbledon (tras Nalbandian en 2002). Un día histórico para el tenis de ese país que recupera la ilusión de poder hacer historia en La Catedral del tenis.