Acudir a un torneo de tenis como es el Masters 1000 de Madrid como espectador es una experiencia totalmente diferente a hacerlo como acreditado de prensa.
ADRIÁN BLANCO / MADRID
Exento de responsabilidades, únicamente te dedicas a disfrutar del tenis de las primeras raquetas mundiales.
Hoy, he podido comprobar en profundidad como funciona el mundo de los medios de comunicación en el tenis. Gracias a los compañeros más experimentados de otros medios, como Ana y Sascha, y que conocen un poco cómo funciona «el circo», uno puede acostumbrarse más rápidamente a la coyuntura.
A primera hora de la mañana me he hecho con un hueco en la mesa de redacción de la sala de prensa. Lo cual y a pesar de que no tengo el peso de la elaboración de una carga informativa sobre mis hombros como los compañeros de medios con más recursos, siempre viene bien.
Por otro lado el hecho de conocer donde está situada la sala de prensa, incluso donde puedes reponer líquidos a lo largo del día, son dos hechos que han marcado el resto de la mañana.
Así como lo más importante. Tenis, cantidades ingentes de buenos golpes.
Pero claro, el deporte no se disfruta de igual manera. Pendiente de sacar un par de fotos de cierta calidad, a uno le cuesta más centrarse en el partido, en los intercambios de golpes. Y en el disputado partido entre Chela y Mannarino ha habido unos cuantos de calidad.
En fin que la responsabilidad es mayor y que aunque sea a pequeña escala la tarjeta al cuello con tu nombre pesa.