VICENTE CUAIRÁN | TENNIS MIND INSTITUTE
Para empezar a hablar de la zona de confort lo primero que tenemos que hacer es saber qué es eso de la «zona de confort».
Podríamos definir las zona de confort como el lugar en el que nos movemos o el entorno que dominamos. Es ese sitio en el que las cosas son conocidas y cómodas y no importa si esas cosas con agradables o desagradables ya que forman parte de tus rutinas, habilidades, conocimientos, actitudes y comportamientos. O dicho de otro modo conforman nuestros hábitos. La suma de nuestros hábitos determinan nuestra zona de confort y da igual si esos hábitos nos ayudan o no nos ayudan a la hora de conseguir nuestros éxitos deportivos (o personales) de una u otra manera nos las apañaremos para llevarlos a cabo. «El ser humano es un hombre de hábitos».
Cuantos os sentís reflejados con la frase: «No lo vuelvo a hacer. Esta es la última vez que lo hago. No vuelvo a tirar un partido. No vuelvo a dejarme llevar por mis miedos, nervios.. o lo que sea» Y sin embargo… ¡cuantas veces lo volvéis a hacer a pesar de que no queréis hacerlo!
Cuando un jugador quiere cambiar se produce una cosa que llamamos «tensión emocional» entre lo que el jugador quiere llegar a ser y lo que es actualmente. Es decir, que para dar el paso y evolucionar en relación a la fuerza mental hay que explorar por nuevos territorios que para el jugador son desconocidos y en los que para llegar tiene que arriesgar cosas y enfrentarse a los miedos que le esperan en la frontera de su zona de confort para recordarte lo bien que se está dentro del territorio conocido con los hábitos y costumbres que tan bien conoces a pesar de que le den poco o ningún resultado.
Es como aquel juego del mazo en el que había que dar a los topos en cuanto salían. Pues nuestros miedos y hábitos hacen con nosotros lo mismo, en cuanto queremos salir están esperando con el mazo para obligarnos a permanecer en nuestra zona de confort y seguir con nuestros hábitos y rutinas de siempre.
Es aquello de que «más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer» y eso a pesar de que estés deseando conseguir «lo bueno por conocer».
La claves para salir de la zona de confort son:
1 . Tener un objetivo. Una motivación. Un para qué. Por ejemplo: Mi objetivo es controlar mis miedos en los puntos clave del partido porque quiero disfrutar jugando al tenis y mejorar mis resultados y rendimiento deportivo. ¿No crees que así tiene mucho más sentido el hecho de querer salir de mi zona de confort?
2. Aprender que acciones concretas me servirán para conseguir mi objetivo. Por ejemplo. Activación de pies. Transformación de pensamientos. Estrategia 60-70 % (fuerza en tronco) y 80-90 (pies) Pensamientos en los que me tengo que centrar durante el punto y entre puntos… etc.
3. Aceptación para el cambio de rutinas. Tengo que aceptar que ¡no será fácil! ¡Que es probable que fracase 100 veces antes de conseguir salir! Que voy a tener que probar y probar y probar hasta TRANSFORMAR MI RUTINA ANTERIOR POR LA NUEVA RUTINA. Esta es la clave más importante. Tengo que ser consciente que mi rutina actual va a determinar mi forma de actuar hasta que no sea capaz de cambiarla por la nueva. ¡Y eso lleva mucho tiempo! ¡Mucha práctica! ¡Mucho fracaso! ¡Muchísimas repeticiones! ¿Verdad que si tu entrenador te cambia la empuñadura de revés no pretenderías hacerlo bien en el primer golpe…? Pues con tus rutinas pasa exactamente lo mismo. Acepta que vas a fallar, que vas a necesitar trabajar mucho pero sabiendo que si trabajas de esa manera cada vez conseguirás fallar menos y alcanzarás un nivel de competencia exitoso. Necesitas confiar en ti y en tu propósito incluso cuando creas que no te estás saliendo como crees que te debería salir. Tienes que creer que si trabajas el éxito está asegurado tarde lo que tarde en llegar. Solo así, conseguirás gestionar correctamente y vencer a los miedos que se esconden en la frontera de tu zona de confort transformando así tus rutinas.
¿Te atreves a salir de tu zona de confort?
Cortesía de Tennis Mind Institute