La culpa es de Rafa Nadal

rafael nadal wimbledon2013

Un titular con las palabras ‘debacle’, ‘desastre’ o ‘fracaso’ vende más y es más llamativo que un titular con mera información sobre la prematura derrota y eliminación de Rafa Nadal de Wimbledon.

¿Hoy es el día de la resaca de un día histórico? Sí, pero yo lo calificaría así únicamente porque Rafa Nadal perdió por primera vez en su carrera en primera ronda de un Grand Slam. ¡Se dice pronto!

El mallorquín lleva diez años jugando torneos de los grandes con unos números de record. Ha llevado el tenis a ser un deporte seguidos por miles y millones de espectadores en España y en el mundo entero. Ha hecho historia por muchos números y torneos ganados que ahora no quiero nombrar porque me extendería en exceso. Hoy quiero recorrer otro camino.

Mi sorpresa llega cuando esta mañana empiezo a repasar artículos, leer prensa, ver opiniones y debatir en Twitter. No quise hacerlo anoche porque realmente no tenía ganas de leer salvajadas. Pensé que hoy no las encontraría. ¡Qué iluso fui!

Está muy bien que haya ‘nadalistas’, ‘federistas’ y todos los ‘-istas’ posibles. Me gusta que un tenista pueda provocar algo tan especial en las personas para considerarse fan de un jugador. Yo también tengo devoción por algunos y es lo bonito de este deporte: la diversidad de estilos, de jugadores, de golpes, de personalidades, de superficies y un sinfín de motivos que hacen grande al tenis.

Ahora bien, que el ‘forofismo’ ciegue y no deje analizar las situaciones desde un punto de vista lógico y coherente, es algo preocupante. Hoy sentía vergüenza leyendo algunos artículos. Sentía que hasta se le faltaba el respeto a Nadal y a los aficionados al tenis.

No hablo ya de los aficionados, porque cada uno tiene su punto de vista y su respetable opinión, lo que me llamó la atención fue el revuelo que se armó en muchos portales y medios de comunicación porque Nadal perdió el tercer partido del año. Sí… ¡el tercer partido del año!

Muchas veces nos olvidamos que estamos hablando de tenis, de un deporte y que lo juegan seres humanos. Parece una frase estúpida, pero a día de hoy conviene repetirla y metérsela en la cabeza a algunos cuantos.

Nadal, para bien o para mal, nos mal acostumbró. El mallorquín hizo que ganar sea lo lógico y lo normal en un deporte en el que 128 personas juegan un torneo y 127 pierden. Solo uno se alza con la victoria. Todos los otros se van a casa con una derrota en sus espaldas. Y esto la gente no lo entiende.

Ganar siempre, es imposible. Se puede perder, se debe perder. He leído que era una debacle la derrota de Nadal. ¿Cómo alguien se atreve a decir debacle? Una debacle sería que Rafa no hubiese ganado un solo partido desde su retorno en febrero. Pero nada más lejos de la realidad. Ha jugado 10 torneos. Ha llegado a 9 finales y ha ganado 7. Entre ellos Roland Garros, Indian Wells, Madrid y Roma.

También, para mi enorme sorpresa, se habló de que el jugador 135 del mundo había borrado a Rafa y lo había hecho salir humillado de la pista central. Ole tus cojones. Decir que Nadal se fue humillado me pareció tremendo. Qué poco se entiende de tenis.

Se hizo hincapié en que Darcis era un desconocido y un jugador mediocre al estar por encima de los 100 primeros del mundo. Evidente que gente que escribe esto desconoce la dificultad de este deporte y de llegar a meterse y poder competir en un torneo de Grand Slam.

El partido no se perdió por la rodilla como muchos quisieron también excusar. En el tenis no se gana o se pierde un partido por un solo motivo. Son diferentes factores, situaciones y momentos los que decantan un partido.

¿La rodilla afectó a Nadal? Sí. Era evidente en los desplazamientos, en los ‘sprints’ y en su movilidad que algo no estaba bien en él y condicionó el partido. Rafa no estaba cómodo.

Pero hay muchas otras circunstancias que hicieron que el partido se lo llevara el belga. Una de ellas es el nivel que tuvo Darcis en todo el partido. Plantó cara siempre. Supo administrar y gestionar los momentos de tensión que un encuentro de este calibre requiere. Tuvo un repertorio de golpes digno de un jugadorazo. Una cantidad enorme de tiros ganadores que dejaban sin opción al mismísimo Nadal.

Y también la preparación de cara a Wimbledon, el no haber competido en hierba anteriormente. La transición de tierra a pasto no es fácil como bien es sabido. Y de acá se pueden sacar conclusiones también.

Es un partido y un torneo para analizar y para debatir largo y tendido si hace falta. Lo que no se puede hacer es pasar del éxito a la agonía y al fracaso en cuestión de dos días. Hace 3 semanas Nadal era el mejor jugador de la historia tras ganar su octavo Roland Garros. Hoy es una debacle y un fracaso una simple derrota en la superficie más ‘puñetera’ para su físico y su tenis. Además de la tremenda humillación que sufrió, claro…

Seamos serios. No seamos dramáticos ni extremistas ni fulminantes. Entendamos un poco al tenista y al deporte para luego escribir sobre ellos. En el tenis se gana, pero la mayoría de veces y de semanas se pierde. Tengamos memoria y que los éxitos, trofeos, números y partidos de Rafael Nadal no nos hagan caer en titulares y expresiones estúpidos, incoherentes y fuera de lugar.

Nadal ha caído sorpresivamente en Wimbledon. Si había un lugar donde él podía perder era este. Si había un momento en donde podía dar su brazo a torcer, también era este.

La vida sigue, el tenis sigue, Rafa Nadal continuará y Wimbledon ya lo hace.

Que Rafael Nadal sea tan grande y haya logrado hazañas como las que consiguió, no nos debería hacer caer en el periodismo fácil y de palabrería amarillenta y barata.

Lo único que pido de acá en adelante es que no seamos tan mediocres de ir del éxtasis a la agonía sin ningún tipo de escalas.

Dicho esto, Rafael Nadal: te declaro culpable de las estupideces publicadas hoy. Tu grandeza y tu tenis propiciaron esto.

@NachoM18

Ana Román, subcampeona de España cadete en dobles
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